Charlie no hace surf
La lluvia deshace el cartón, el
papel maché y casi todas sus variantes, pero durante la jornada de domingo del
35 Salón Internacional del Cómic de Barcelona, hizo sol. Llegué allí, con
varios compañeros de redacción, hacia las cuatro de la tarde, tras una entrada
triunfal a través de turistas sobrecalentados y un decepcionante espectáculo de
motos.
Pelucas, maquillaje, sangre falsa,
lentillas de colores y espadas gigantes de cartón. Parecía que habíamos caído
en la fiesta de disfraces que siempre habíamos querido evitar. El paseo por los
distintos espacios del salón fue una persecución frenética, entre el cosplay y
el merchandising más grotesco, digna de ser filmada por Gaspar Noé. Habíamos
ido allí en busca de ilustradores, pero acabamos metidos en una jungla de
adoración a los superhéroes, al manga y a los videojuegos nipones.
Así que decidimos salir a tomar el
aire, en busca del rincón más marginal del espacio, pero de camino fue
inevitable fijarse en aquel Huey H1, el helicóptero americano utilizado durante
la guerra de Vietnam. Por lo visto, los queridos amigos del Ejercito del Aire,
tenían una gran presencia en el Salón. Habían venido con helicópertos y aviones
históricos, aprovechando los cómics de aventuras bélicas de Boixcar, Milton
Caniff…
Evidentemente, los militares también
se habían disfrazado de sus respectivas guerras, y no pude resistirme a ir a
taladrar a un “coronel” de la aerotransportada de Vietnam, que se traía un
rollo a Robert Duvall en Apocalypse Now.
-¿Qué es esto?-pregunté.
-Es una recreación de un pelotón
americano de la guerra de Vietnam ¿Sabes que hubo una guerra en Vietnam? –
Creía que iba a soltarme su aliento
a napalm en la cara, pero fue más algo como chorizo y estrella damm.
-Conozco la guerra de Vietnam. –
contesté buscando un tono Kurt Russell.
-Tú no habías nacido. – dijo
extrañado.
-No estés tan seguro. - bromeé.
Él no comprendió, y decidió
explicarme porqué era cronológicamente imposible que yo hubiese luchado contra
el Vietcong.
-Yo soy piloto ¿Sabes que antes ir
al ejercito era obligatorio? Era la mili, se nota como han cambiado las cosas,
a algunos no les vendría mal.- dijo solemnemente
Estuvo un buen rato hablándome de
porqué se luchó en aquel entonces y porqué debíamos luchar nosotros ahora. Me
hizo cierta gracia su forma de hablarme, como si yo hubiese salido de un huevo
hace una hora y abriera los ojos por primera vez para ver quedar cegado por un
rayo de sol.
Nos largamos haciéndole el símbolo
de la paz, soltó una mueca de impotencia. Acto seguido nos sentamos enfrente
del pelotón del coronel, que seguía haciéndose fotos con los niños y dejándoles
sujetar su M16. Tomamos el sol y montamos una pequeña protesta a lo hippie con
el escaso equipo de redacción, y si le hubiesen dado una calada a lo que
teníamos entre manos, se habrían dado cuenta de que sus cascos pesaban demasiado.
¿Seguirá el capitán América las
órdenes de su superior, Trump, en sus próximas aventuras? ¿Cuántas veces tienes
que disfrazarte de un anime japonés para olvidarte de tu propia personalidad?
¿Cuántas horas seguidas podremos huir a la realidad virtual? ¿Cuándo
reconocerán los militares que las guerras no son como las pintan en los cómics?
Durante la lenta y sucia vuelta a
casa se puso a llover, y pudimos ver de reojo, como la gente corría por plaza
España para que sus disfraces de cartón, papel maché, y casi todas sus
variantes, no se fuese a la mierda.
Salí de allí con la cara del falso
coronel americano grabada en la cabeza, charlie no hace surf, pero él tampoco.
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